Imagen "revival" del escaparate de una de esas tiendas de souvenirs, que se repiten en el centro de la ciudad, y en las que parece haberse detenido el tiempo.
La expresión del precio en euros es el único toque de modernidad para los famosos adoquines, piedras de río, y frutas de Aragón, que no han sufrido el efecto inflacionista de la conversión.
Especial atención merece el horario de trabajo. Flexible y sin ataduras.