No se sabe si la profesionalidad de los que ofrecen los servicios supera a los genios del marketing que diseñaron el cartel, aunque nos tememos que también esto último, fue obra del propio anunciante.
Con la H, se les fue la brocha, y con la S, se les fue la olla. Compromiso ninguno, y menos con el diccionario.
Que el lenguaje esta vivo no es ningún secreto, y somos tan buenos en reformas, que si hace falta reformamos los verbos irregulares y hasta los paradigmas de la conjugación.
Tampoco nos excedamos hasta el punto de pedir que nos pinte el pasillo un Premio Cervantes de las Letras, y nos cubra el rodapié con el Suplemento Cultural.